BIOGRAFÍA
Político, abogado y economista mexicano. Nació en Colima el 12 de diciembre de 1934. Fue Presidente de México del 1 de diciembre de 1982 al 1 de diciembre de 1988.
Hijo de Miguel de la Madrid Castro, quien hizo sus estudios en Guadalajara y ejerció la abogacía en Colima, muriendo cuando su hijo tenía 2 años de edad. Su madre la señora Alicia Hurtado de la Madrid se vino a radicar a México después de la muerte de su esposo, haciéndose cargo de Miguel y de su hija menor Alicia.
Como pasante de derecho ingresó a trabajar en el Banco Nacional de Comercio Exterior, por invitación de su entonces director, Licenciado Ricardo J. Zevada. A través de esta institución gubernamental, le fue otorgada una beca en 1964 para realizar durante un año una maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard.
De regreso a México en 1965, la administración de Gustavo Díaz Ordaz le reclutó para el Gobierno federal nombrándole subdirector general de Crédito en la Secretaría (ministerio) de Hacienda.
En 1970 al iniciarse el período del presidente Echeverría, fue nombrado subdirector de Pemex y en mayo de 1972 retornó a la Secretaría de Hacienda como director general de Crédito, teniendo a López Portillo como superior.Durante estos cargos asistió a reuniones internacionales de la ONU y la OEA, en materia de desarrollo social, economía y finanzas.
Cuando el entonces Secretario de Hacienda (Lic. José López Portillo), fue designado candidato a la Presidencia de la República en septiembre de 1975, y el Lic. Mario R. Beteta Secretario de Hacienda; el Lic.de la Madrid pasó a ocupar la Subsecretaria de Hacienda y Crédito Público.
En mayo de 1979 siendo ya presidente de la República José López Portillo, de la Madrid ocupa la Secretaria de Programación y Presupuesto, en sustitución de Ricardo García Sáinz.
En 1981 fue postulado por el PRI, como candidato a la presidencia de la República y venció en las elecciones del 4 de julio de 1982. Asumió el cargo en diciembre de ese mismo año.
http://www.economia.com.mx/miguel_de_la_madrid_hurtado.htm
El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter sacudió la Ciudad de México, con una fuerte réplica el día 20. Los daños materiales fueron masivos, y aunque los cálculos oficiales hablan de unos pocos miles de muertos (5 a 10 mil), la opinión pública consideró que la cifra podría haber rebasado los 800. La reacción inicial del gobierno fue muy lenta e inadecuada, lo cual hizo que fuera la población la que tomara el liderazgo y la organización de las labores de rescate de víctimas y cuerpos de entre los escombros. Tanto las declaraciones del Presidente De la Madrid señalando que el país no requería ayuda extranjera para enfrentar la tragedia, como su decisión de no permitir que el Ejército colaborara con la población en las labores de rescate durante las primeras horas posteriores al terremoto le valieron severas críticas a esta administración.
En 1988, se celebraron las elecciones, donde por primera vez, competía una izquierda verdaderamente unificada, representada por
Mucho se ha dicho acerca de la veracidad del triunfo de Salinas en las elecciones del 6 de julio; Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación, dijo que el sistema se había caído, y para ese momento Cárdenas llevaba amplia ventaja. El vencedor, no obstante, resultaría ser Carlos Salinas de Gortari.
De la Madrid llegó al poder en una de las épocas más difíciles del país, mucho debido a su antecesor José López Portillo, quien nacionalizó la banca tres meses antes de salir del poder tras dos sexenios de gastos excesivos. Como resultado, la inflación subió a un promedio de 100% cada año, el empleo informal creció a 20% entre 1983 y 1985 y hubo caídas drásticas en producción, sobre todo en industrias gubernamentales, ya para ahí entonces anticuadas, crecimiento del PIB fue erróneo con altibajas y disminuyó el poder adquisitivo. Para resolver tales problemas, emprendió la Renovación Moral de la sociedad, elaboró un Plan Global de Desarrollo, estableció a nivel constitucional un sistema de planeación democrática y más importante, inició con la apertura económica, la desrregulación y descentralización así como la privatización de empresas estatales, algo que seguiría bajo su sucesor; durante su administración, el número de para estatales se redujo de 1155 en 1982 a 413 en 1988.
Después de terminar su periodo presidencial, Miguel de la Madrid, un importante neoliberalista, asumió la dirección del Fondo de Cultura Económica (1990). Durante su periodo al frente del FCE, implantó programas de modernización en las áreas productivas y administrativas, incorporó lo más avanzado de las industrias editorial y de las artes gráficas, y mantuvo la apertura y pluralidad características en la política de publicación de la empresa.
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